Música y tecnología: de los bits a los beats
“La tecnología ha cambiado cómo suena la música, cómo se compone y cómo la experimentamos. También ha inundado de música el mundo”
David Byrne
Las tecnologías de las últimas tres décadas y en especial las desarrolladas desde el inicio del nuevo siglo, han incidido en la experiencia de todos los músicos y creadores musicales, han cambiado las formas apropiación musical. Se ha presentado una nueva recomposición en la industria de la música, las condiciones de producción y consumo han cambiado basadas en las nuevas herramientas tecnológicas.
En la actualidad, existe un desequilibrio en la cantidad de oferta musical y la capacidad de asimilación de la audiencia, cada vez existen más y más propuestas sonoras, la consolidación en los mercados es menor y es necesario recurrir a nuevas estrategias. En la era del mp3 y del streaming, las tecnologías han jugado un papel importante, la industria de la música ya no se basa en la venta de discos, el negocio ya no radica en el objeto físico del CD como era antes, todos los días se publican miles y miles de canciones, ahora es más importante estar presente en la red y en todas las plataformas digitales, pero sin perder la esencia en la propuesta sonora-musical, ahí radica la verdadera conexión con el público.
Todo ha cambiado y sigue evolucionando, los sonidos se digitalizan, cambian de aspecto y de forma, las tecnologías trae consigo nuevas posibilidades, nuevas alternativas de apreciación y percepción musical. En el contexto de la era digital, los bits se convierten en imágenes y sonidos, los bits se convierten en beats. Ahora más que nunca, estamos inmersos en una época de cambio, cualquier músico que tenga acceso las herramientas tecnológicas puede grabar sus canciones con una calidad sonora óptima a un bajo costo, estas mismas herramientas permite crear sin invertir capital financiero, sino humano y creativo.
El uso de herramientas de la web 2.0 tales como: Canales de video (Youtube, Vimeo, Dailymotion, Dalealplay); Blogs (WordPress, Blogger); Wikis (wikipedia); redes sociales (Facebook, Twitter, Myspace, Linkedln); entornos de almacenamiento de datos (Google Dive, Dropbox, SkyDrive); espacios para compartir fotografías (Picasa, Flickr, Instagram); espacios de almacenamiento o venta de música online (ITunes, Dezeer, GooglePlay, XBOXMusic, Spotify, AmazonMP3, Shazam, Rhapsoy, CDBaby); páginas para bandas o músicos (Bandpage, Reverbnation); Radios por Internet, páginas streaming, etc, han ayudado a potencializar los proyectos musicales y han disminuido los costos de producción y distribución musical.
Los modelos de creación y consumo musical han cambiado, sin embargo, se siguen y seguirán editando discos, se seguirá grabando y reproduciendo música y sonidos en las distintas plataformas existentes, se seguirán realizando conciertos con mejor calidad sonora gracias a las tecnologías que rodean a la música y el público seguirá alimentando el alma con sonidos, ritmos y acordes. Tal vez, no haya existido una mejor época en la historia como la nuestra para componer y distribuir música, pero es necesario recuperar la necesidad innata que tenemos los seres humanos para la creación, las herramientas, son sólo eso: herramientas para la creatividad que ayuden a inundar el mundo de sonidos y canciones.
Charles Gnomosky