La música también es resistencia
“Canta, pero no te preocupes porque todo va ir bien”
Bob Marley a su hijo Ziggy antes de morir
En la era Trump, en el mundo donde todo puede pasar, las acciones de las personas nos recuerdan la complejidad de las cosas y el desapego emocional. Las problemáticas políticas, económicas y socioculturales deben de ser enfrentadas con nuevas estrategias. La música como experiencia emocional y sonora, puede ayudarnos a enfrentar y canalizar los problemas del mundo, dado que nos conecta con nuestro mundo emocional, en esta realidad rara como compleja debemos preguntarnos si existen aún los sonidos y música como resistencia.
La música siempre ha acompañado al hombre desde el origen de los tiempos, los sonidos fueron compañía para todos aquellos que vivieron momentos complejos y de transición. Las dinámicas de consumo, creación y distribución musical han cambiado radicalmente en los últimos 30 años, pero la conexión que tenemos con ella sigue prevaleciendo y seguirá conectando almas y corazones a lo largo de la historia de la humanidad.
Los sonidos y la lírica de las canciones en muchas ocasiones se pueden convertir en protagonistas de movimientos y cambios sociales. La conexión que podemos tener con la música puede y debería darnos la pauta para encontrar nuevas formas de cambio, desde los cánticos en rituales religiosos, las pistas de baile, los conciertos masivos, la música en el trasporte público, hasta las canciones de cuna y todas las formas y géneros musicales existentes y por existir pueden conectarnos y dotarnos de una nueva mirada en esta realidad compleja y delicada.
Desde Bach, hasta Miles Davis; de Metallica a Bob Marley; de Bethoveen a James Brown; de Vivaldi a Frank Sinatra; de John Coltrane a Nirvana; de Elvis Presley a Black Sabbath; Chuck Berry a Depeche Mode; de Bob Dylan a The Rolling Stone, de Silvio Rodríguez a Kraftwerk; de Pink Floyd a The Sex Pistols, de Led Zepellin a Marvin Gaye y todos, todos aquellos que han aportado son sus creaciones sonoras, un mapa de nuevas oportunidades, de nuevos sonidos y sensaciones. Cerrar los ojos y sentir la música, cerrar la mirada y abrir más los oídos y el corazón.
Nos adentramos a épocas complicadas y difíciles en todos los aspectos del mundo, pero, si recordamos la importancia de la música en nuestras vidas podremos encontrar nuevas estrategias de cambio. Más allá de voltear al pasado es necesario mirar hacia el futuro y apropiar todas las canciones que nos doten de libertad. Encontrar alguna canción que nos recuerde la fascinación de las cosas, asistir algún espectáculo musical en vivo, compartir energía, cuerpo y alma con desconocidos y entender que la música también es resistencia.
Charles Gnomosky
Imagen by: elmismopaís.com