El arte de enseñar y compartir la música…

 “Los músicos viejos tuvieron que enseñarles físicamente a los jóvenes cómo reproducir los efectos que ellos habían creado, y en qué notas y compases había que poner énfasis. Así, hasta cierto punto, la música sigue siendo una tradición oral (y física), legada de una persona a otra”

David Byrne

¿Qué sería del arte de la música sin todos aquellos grandes maestros que dedicaron parte de su vida para enseñar y compartir sus conocimientos musicales? La esencia e historia de la música sería diferente sin duda alguna. La música es el lenguaje de los sentimientos y las pasiones, señalaba Schopenhauer y no se equivocaba, dado que estimula nuestras emociones y nos conecta con uno mismo. Desde el primer instante de nuestro nacimiento empezamos aprender, observamos, escuchamos y sentimos nuestro alrededor, cada sonido e imagen nueva en nuestra vida, se convierte en experiencias irrepetibles e inigualables.

Es necesario tener más seriedad en el ámbito de la educación musical, la música estimula nuestro ser, nos conecta con uno mismo. La experiencia de aprendizaje y enseñanza de la música, puede emplearse como un método para construir diferentes formas de aprecio a los demás, en un mundo y una realidad más complicada en donde necesitamos hoy más que nunca cuidarnos los unos a los otros. Para todos los que están o estamos inmersos en el fascinante mundo de la música, debemos tener más conciencia y respeto al proceso de enseñanza de la música. Decía Vangelis: Mi maestro es la música misma. Tú eres música, yo soy música, todos son música, son ecuaciones matemáticas. Es la manera como percibes las cosas, como ves las cosas.

El conocimiento musical y humano se transmite, se comparte y es cierto lo que dicen, el arte de enseñar va de la mano del arte de aprender, porque al enseñar aprendemos y al aprender, crecemos como seres humanos. Teoría, técnica y voz, tres elementos en el triángulo virtuoso, desarrollado por Alonso Arreola, conocimiento de la teoría, dominio de la técnica,  sentimiento y corazón para encontrar nuestra voz. Todo músico, todo creador debe de entender que es necesario tener un guía en el camino, el cual podrá ayudar a la parte formativa porque la música es tradición oral y física, y en especial la enseñanza de la música debe sentirse y compartirse.

Gracias a todos esos grandes maestros que nos han dotado de emociones y compartido sus conocimientos para desarrollarnos como mejores músicos y humanos, gracias aquellos que han dedicado su vida y su corazón al desarrollo de la enseñanza de la música. Sin ustedes, la música y nosotros no seríamos los mismos.

Charles Gnomosky

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